Shelivesinafairytale

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martes, 22 de febrero de 2011

Maybe it is a FairyTale

Quizás, es posible.

Puede que sea simplemente imaginación de algunos, especulación de otros, el hecho de que vivo en mi propio cuento; ese donde tengo montones de amigos que me adoran, que comparten cada uno de mis deliciosos delirios, que esperan hasta el amanecer para despedirse de mí, que proclaman extrañarme cuando no me he ido a ningún lado.

Puede que sea cierto el hecho de estar fantaseando gran parte del día, 20 de las 24 horas donde la Tierra gira al rededor del Sol; y comparto esas fantasías, no por querer llamar la atención, tampoco porque sea una necesidad. Simplemente me gusta hacerlo, y bienvenido es el que quiera unirse y ayudarme a alimentarlas.

Pero... a veces mi cuento de hadas está plagado por brujas, demonios y criaturas oscuras que no quieren hacer más que destrozar mis sueños a base de hechizos maléficos o acciones impropias. Y a veces simplemente logran sacarme de mi pequeño mundo, aunque no se dejen llevar por estas líneas fantaseosas de un típico cuento de Disney, si quiero defenderme con palabras: soy letal.

Me burlo drásticamente de quien me critica y me parto de la risa por los patéticos comentarios que desean hundirme pero, aún así, soy capaz de derramar montones de lágrimas por personas que no lo valen. Podríamos decir que soy una experta.

Soy muy fácil de llevar en caminos de amistad, quizá demasiado, será porque simpatizo a la gente con mi idea de que el mundo es gay y algún día todos montaremos caballos verdes en camino al horizonte mientras cada uno con su canción favorita va enfilando sus tropas de unicornios y arcoiris como si fuésemos un ejercito.
Sí, suena algo extraño.

... quizá no sea propiamente cybernético, puesto que mi personalidad cambia según la persona con quien hable, según el humor en que me encuentre, según la contradicción que esté lidiando en el día, pero, he de admitir, si no fuera por internet y las redes sociales de mi frecuencia no podría compartir con estas personas a quienes proclamo mis amigos los hechos de ser una fruta, un unicornio, un espía secreto, un semental dispuesto a todo en cualquier momento, o simplemente ser como soy, y que me quieran por eso.

Si no fuera por mi nada-fácil-interacción-con-la-gente (porque sí, me cuesta muchísimos hablar con gente, quizá si me ven algún día por la calle con una amiga o un amigo o un grupo de ellos jamás creerán lo tímida que soy, pero se los digo, que me crean o no... bueno, es cosa de ustedes) creo que mis sueños serían demasiado distintos, apagados y fríos, carentes de verde y especies inexistentes según toda ciencia existente. 

Así que, de acuerdo, pueda ser que viva en mi propio cybernético cuento, que llevo a la vida real con personas que me aprecian o al menos no muestran indicios de querer lastimarme.

¿Está mal?

Yo no veo defectos en mi forma de ser y al mismo tiempo sólo encuentro fallas, pero por eso soy quien soy, por eso puedo decir que mi imaginación está repleta de ideas, y que mis manos mueren por querer concretarlas a todas.

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